martes, 2 de julio de 2024

La burbuja capitalista de los festivales de música @eldiarioes

El negocio de la música en manos de los fondos de inversión.

En este contexto, el fondo inversor estadounidense KKR (Kholberg Kravis Roberts) acaba de adquirir Superstruct Entertainment, el gigante del ocio musical fundado por el empresario británico James Barton, antiguo responsable de la división de música electrónica de la multinacional Live Nation. El lote de acciones de más de ochenta festivales adquirido por Superstruct en apenas seis años, gracias al respaldo económico del fondo inversor Providence Equity Partners, pasa así a las manos del fondo neoyorquino KKR en una operación valorada en 1.308 millones de euros. 

Eso significa que con una sola firma, una veintena de macrofestivales españoles, que durante años han recibido notables inyecciones de dinero público, han cambiado de dueño estadounidense. Entre ellos, destacan Sónar, Viña Rock, Resurrection Fest, FIB, O Son do Camiño y Arenal Sound. 

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y la noticia en el Más de 100 festivales de música cancelados, ¿se ha pinchado la burbuja? diario.es

Superstruct es actualmente el mayor competidor de Live Nation en el circuito festivalero mundial, pues también también posee exitosos macroeventos europeos como Sziget (en Hungría), Tinderbox (en Dinamarca) o Wacken y Parookaville (en Alemania). Según fuentes del sector, el fondo inversor Blackstone también había considerado la posibilidad de adquirir Superstruct Entertainment en un momento en el que pujaba por adquirir el catálogo de canciones Hipgnosis Song Fund, que aglutina los repertorios de Shakira, Neil Young y Red Hot Chili Peppers, entre otros. Esta semana se ha confirmado que la oferta definitiva queda fijada en 1.476 millones de euros. 

La música en vivo y los derechos de autor son los sectores más lucrativos de la industria musical y, por lo tanto, los que llevan años despertando más interés en los fondos de inversión.

En los últimos meses, algunas voces del sector han alertado sobre los efectos que puede traer consigo la progresiva concentración del negocio musical en pocas manos. Fondos de inversión como Providence, Blackstone y Silver Lake también está comprando acciones de las principales agencias de contratación de artistas y de grandes recintos donde celebrar conciertos. Son movimientos en las altas esferas del negocio de la música en directo que contrastan con las dificultades que están teniendo muchos festivales para cuadrar sus balances económicos tras la euforia festivalera mostrada por el público tras la pandemia. 

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