sábado, 30 de noviembre de 2024

Contaminación lumínica. Los peligros de un mundo cada vez más iluminado @CSIC

La contaminación lumínica provoca una gran variedad de impactos en los seres vivos

En esta publicación se expone el desafío que supone hacer frente a la contaminación lumínica, un problema ambiental causado por la creciente proliferación de luz artificial en nuestro planeta, que se ha convertido en uno de los motores del cambio global sin precedentes al que asistimos. 

Se revisan sus impactos potenciales, que se extienden a ámbitos tan diversos como la salud medioambiental y humana, las observaciones astronómicas o nuestro patrimonio cultural y se recogen algunas de las acciones y líneas de investigación con las que el CSIC está dando respuesta a este reto.

En relación con el equilibrio de los ecosistemas el CSIC señala:

Sin embargo, la contaminación lumínica ha irrumpido con fuerza en los ecosistemas para romper esos patrones cíclicos y ordenados a los que los seres vivos estamos adaptados.

Se han documentado impactos biológicos en prácticamente todos los grupos taxonómicos del árbol de la vida, lo que convierte a la luz artificial en un factor de riesgo para el equilibrio de los ecosistemas y la biodiversidad de nuestro planeta. Impactos que se han detectado en la fisiología y el comportamiento de los individuos, en la abundancia y distribución de las especies, y en la estructura y función de las comunidades y los ecosistemas.

¿Quieres conocer las cuatro impactos de ls contaminación lumínica?
¿Quieres saber cúales son las recomendaciones para las administraciones públicas?

Miralo en el desplegable o accede al informe en el enlace 
Impactos

Podemos destacar cuatro que pueden ser claves para entender el problema:
  • La iluminación artificial, incluso a muy bajas intensidades, suprime la secreción de hormonas tan importantes como la melatonina. Esta hormona interviene en la regulación del sueño, los ritmos circadianos, el estrés oxidativo y la respuesta inmune. Además, es un inhibidor del crecimiento de células cancerígenas.
  • La contaminación lumínica cambia las señales lumínicas estacionales y diarias alterando funciones esenciales en los ciclos vitales de los organismos, como la reproducción, la migración, la floración, la alimentación y la supervivencia.
  • Los puntos de luz artificial interfieren en la orientación y el movimiento de los organismos, bien porque confunden a sus propios sistemas naturales de orientación o bien porque actúan como elemento de atracción o repelencia, incluso cuando estos puntos de luz están situados a distancias de cientos de kilómetros.
  • La contaminación lumínica, debido a que puede modificar los tiempos y frecuencias de las funciones biológicas de las especies, puede alterar las relaciones entre estas, un aspecto clave de la biodiversidad, como el vínculo entre el polinizador y la planta, el depredador y la presa o el parásito y el hospedador, entre otros ejemplos. A través de efectos en cascada, la contaminación lumínica afecta incluso a especies que no están directamente bajo la influencia de la luz artificial.
La contaminación lumínica, por tanto, desencadena respuestas que afectan a todos los niveles de organización ecológica desde los individuos hasta los ecosistemas pasando por las poblaciones y las comunidades.

Recomendaciones

Para los decisores políticos:

  • Es necesario un reconocimiento público general de la luz artificial como un contaminante ambiental que genera graves perjuicios en las personas, el medioambiente, las observaciones astronómicas y el patrimonio cultural.
  • Las autoridades político-administrativas de todos los niveles de gobierno deben realizar un esfuerzo normativo y legislativo mayor para incluir la contaminación lumínica en sus regulaciones ambientales. En este sentido, se deberían impulsar acciones coordinadas entre los departamentos y unidades centrales, regionales y locales encaminadas a la monitorización eficaz de la contaminación lumínica y su mitigación o reducción. 

Para responsables y gestores públicos de las Administraciones locales:

  • Las autoridades locales (provincias, municipios, comarcas, áreas metropolitanas y mancomunidades), que son la parte de la Administración más cercana y con mayor interacción con los ciudadanos, deben prevenir la emisión de luz dirigida hacia el cielo, evitando los ángulos de emisión superiores a los 70°.
  • También le corresponde a las Administraciones locales realizar un estudio del uso y la cantidad de luz utilizada. Este ejercicio de autoevaluación permitiría adecuar la luz y las zonas iluminadas en función del tipo de actividad que se desarrolle, así como su duración, adaptándola a lo que necesitamos ver cuando necesitamos verlo.
  • Emplear en el alumbrado público lámparas que minimicen la contaminación lumínica y sus impactos. Para ello, se debería restringir la emisión de la luz a únicamente la que es visible por el ojo humano (entre 400 nm y 700 nm) y priorizar lámparas que emitan en colores cálidos, con temperaturas de color por debajo de los 3000 k, como, por ejemplo, las lámparas de vapor de sodio de alta y baja presión, o bien las lámparas led tipo PC-ámbar.
  • Por último, también deberían promover el uso de técnicas de iluminación inteligente, o smartlighting, que permitan reducir la intensidad y los tiempos de funcionamiento de las luces, así como prestar atención al diseño de las luminarias para evitar que se emita luz artificial hacia el hemisferio superior.

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